Hay ejecutivos comerciales, dueños de negocio y emprendedores muy cómodos en el metaverso, físicamente confinados a la silla de su oficina.
Pero así no es como se suelen cerrar deals de alto impacto, críticos para la operación, complejos, inciertos o si eres un proveedor nuevo.
En ese tipo de productos o servicios, no basta hacer una venta técnica y remota. Que tu prospecto tenga perfecto entendimiento del producto no es suficiente para que tome una decisión.
Hace falta algo más: la confianza.
La confianza de saber que cuento contigo.
Y resulta que no hay mejor forma de establecer confianza que a partir de la presencia física. La conexión que se puede establecer entre persona y persona en la realidad no tiene punto de comparación en el mundo virtual.
Una forma de construir esa confianza de forma presencial es a partir de las comidas de negocio. Están de regreso.
Te recomiendo revisar mi tweet que desmitifica estas comidas:
Ayer estuve en Monterrey en un viaje express para conocer a los socios de una empresa que estaba evaluando contratar mis servicios de consultoría.
Fue un auténtico placer conocerlos, platicar sobre su negocio e imaginar el futuro.
Antes eran mis prospectos. Ahora son mis clientes.