Uno de los objetivos de una nueva gerente comercial al comenzar el Programa de Desarrollo Gerencial Sail Away era poder irse de vacaciones tranquilamente.
Tres meses después lo logró. Por primera vez en años pudo disfrutar y olvidarse del trabajo.
En paralelo, un dueño de un grupo de empresas decidió tomarse todo abril de vacaciones. Quizá se fue a Europa. Quizá rentó un yate. Quizá imitó a Lewis Hamilton y decidió irse de jet-set a Malasia, Brazil y Londres.
Esas vacaciones de ninguna forma serán en prejuicio de los resultados de sus responsabilidad. Con mayor certeza, se les ocurrirán ideas de alto impacto al relajarse y recargar energía.
Solo los workaholics odian a las vacaciones. Lo hacen en secreto, porque no están dispuestos a admitirlo.
¿Los demás?
Nos gusta vivir la vida.
Parte de vivir la vida es que nuestros negocios sigan creciendo y habiliten financieramente la posibilidad de disfrutar.
La única forma de hacer eso a partir de la productividad.
La productividad surge a partir de:
- Delegar de forma efectiva el trabajo.
- Establecer y automatizar procesos.
- Enfocarse en la prioridad estratégica.
¿Te puedes dar el lujo de tomarte vacaciones cuando quieras?
Si no… ¿qué esperas para hacer lo que se requiere?
No hay inversión que reditúe más en tu vida.