Todos los días dudaba de su producto.
Los clientes preguntaban por características que no estaban disponibles.
“Aún no puede hacer eso.”
Siempre resultaba insuficiente.
Eso dificultaba las conversaciones con los clientes por lo que su conversión era muy baja.
Pero… ¿Qué más se podía hacer?
Eso generaba mucha presión sobre el área de producto que tenía un backlog inmenso de funcionalidades a desarrollar.
A pesar de eso la plataforma SaaS contaba con una enorme base de clientes satisfechos.
¿Cuál era el origen de esta paradoja? ¿Por qué había tantos clientes felices mientras que era muy difícil comunicarlo a los prospectos?
Al indagar más resultó que los obstáculos eran causados por ellos mismos.
El ejecutivo comercial comenzaba la conversación con sus prospectos promocionando una funcionalidad incompleta.
Los prospectos preguntaban sobre cuándo iba a estar completa. Aunque no fuera una funcionalidad tan importante el daño estaba hecho.
Las dudas, los sentimientos de inferioridad y las justificaciones no venden.
Lo que vende es la certidumbre, seguridad y convicción de que tu producto, en su versión actual, servirá para resolver las problemáticas y facilitar la operación de tus clientes.